Cuando te miro me sonrojo. Laura Ojeda Bär

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Artista: Laura Ojeda Bär
Dónde: Fundación Guillermo Roux
Título: Cuando te miro me sonrojo
Fechas: 11 de diciembre 2012 al 2 de febrero 2013

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Texto, galería de imágenes y links

“¿Cuál es mi cuerpo?”, preguntó excéntricamente dándose por enterada, mirándome a los ojos. A través de sus múltiples terminaciones, yo podía ver las chorreaduras que la lluvia le había producido siendo niña. Alegó la magia como una ciencia capaz de meter la fascinación ahí, cosa que sentí entrañable, lo quise anotar sin éxito: “pintura”, “alquimia”, embadurnando el papel con mi propia duda.

Me dejaba llevar por la sucesión de personas aunque sabía que pronto tendría que partir. “¿Cuál es mi cuerpo?” Y la pregunta, repetida con ansiedad, no hizo más que imponer un estado de vibrante confusión. Quería definirme y optar por una única forma válida y a medida que me dejaba llevar me encontraba encorvada aferrada a mí, sin estrategia. Y lo peor: sin ganas de hacer nada.

Empecé a pintar porque alguien había olvidado un frasco con pintura azul. Lo abrí y con un palito revolví. Al día siguiente le pedí prestado un pincel a un vecino, era una brocha, y me pasé buena parte de esa noche desparramando la pintura a lo ancho de la pared de mi dormitorio. Se veía la huella de una pincelada sobre la otra y el retardo para secar me hizo pensar que había alguna clase de diluyente en la mezcla.

Despojando la impronta súbita de sus cuadros que el virtuosismo de Laura Ojeda Bär abandona sin miedo a equívocos, se suceden estos personajes que de tan afectados colores parecen estar en la cima de una moda anhelada. ¿A quién no le gustaría experimentar esos estados de lisergia en donde todo se disuelve, se revuelve y el ego parece más un eco en una caverna de arena tibia?

“Estamos solos.” Más que nunca, las ropas caen y las posturas revelan esos verdaderos yos, que no son yos sino oraciones que nos constituyen. Al borde de la disolución, ningún artista habría de temer la experiencia que su camino deparé. Y sin embargo, tenemos miedos. Prueba hermosa de las rimas que nos habitan. Nos percatamos tardíamente de estas rimas cuando anhelamos dormir acompañados o viajar por la vereda de enfrente tomados del envión de alguien.

Leo Estol
Buenos Aires, noviembre de 2012

Galería de imágenes

Links:
Fundación Guillermo Roux
Laura Ojeda Bär

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