Artistas: Laura Códega, Claudio Correa, Daniel Joglar, Guillermo Mosella
Título: Bellos Jueves 1era. Edición 2015
Dónde: Museo Nacional de Bellas Artes
Fechas: 30 de abril 2015
Texto, galería de imágenes y links
Bellos Jueves nació en abril de 2014 con el objetivo de entrecruzar el patrimonio del Museo Nacional de Bellas Artes con proyectos de artistas y músicos contemporáneos. El último jueves de cada mes entre las 19 y las 23.30 hs el MNBA abre sus puertas con intervenciones de artistas, música en las salas y terrazas, visitas rapeadas, videos y otras actividades.
Lejos de pensarse como una exhibición, este año el ciclo propone una serie de ensayos en relación a la museografía de la colección permanente y se piensa en vínculo con el numeroso público que visita cada edición. El carácter efímero de Bellos Jueves condiciona cada proyecto y desafía la temporalidad a la que están habituadas las artes visuales.
La importancia del ciclo reside en la invitación a artistas a pensar o problematizar a través de sus intereses y proyectos algún momento de la historia del arte, desde la colección del MNBA, interrumpiendo la linealidad con la que se presentan habitualmente las exhibiciones.
Esta edición de Bellos Jueves, desde las artes visuales, presenta dos proyectos contrapuestos. Por un lado, Daniel Joglar analiza aspectos formales de varias salas de la colección y despliega mediante biombos, hojas de papel y de árboles una lectura de la paleta y de la trama que genera la disposición de las obras sobre la pared de la sala Guerrico. Por otro lado, Laura Códega presenta en tres videos una clásica discusión historiográfica entre arte y artesanía desde una ópera en tres actos donde la tragedia ocupa un lugar central. Por último, Claudio Correa proyecta un video en estrecha relación con la sala de siglo XIX argentino, y los elementos patrios que se elaboraron en los albores de la República.
Desde la propuesta musical se plantea un recorrido que atraviesa el folclore digital de Wenceslada, la tradición y el rock en Guauchos y la electrónica latinoamericana de Pimentón.
El trabajo de Laura Códega resulta particular dentro de los artistas de su generación. Desde sus obras realizadas con jugo de limón, sus cueros de vaca repujados y pintados, los lienzos con banana hasta sus últimos videos, Códega deambula por diversos intereses y técnicas sin abandonar un clima de incertidumbre y dislocamiento. A diferencia de muchos trabajos de sus contemporáneos, los proyectos de Códega son inesperados e imprevisibles, por lo que se vuelve imposible trazar una línea recta para entender sus obras.
En uno de sus últimos videos titulado Aves en el paraíso trabaja desde la repetición y el tedio generando una imagen envejecida y distante. Allí establece un cruce entre el comportamiento de las aves y el comportamiento humano desde la presencia en los sueños. Una aristocracia en pleno proceso de decadencia representado por la relación entre una mujer y su criada.
Su proyecto en video presentado en Bellos Jueves se titula L’arte e la vanità, y narra un drama en formato de ópera donde se personifican diferentes conceptos como Arte, Artesanía y Vanidad. La presencia de un coro enfatiza cada uno de los hechos que llevan a la tragedia final y la incorporación de imágenes, como volcanes en erupción o desiertos, aumentan el extrañamiento.
Resulta llamativo que a una temática usual para el siglo XIX, Códega elige escenificarla en el siglo XXI. No produce un corrimiento temporal sino que asume una discusión que ha perdido validez en un tiempo presente.
Presentado en tres canales L’arte e la vanità adquiere en el museo un carácter temporal más amplio que el que propone la artista. Desde la Edad Media, pasando por la Francia del siglo XVIII hasta la pintura de salón del XIX, el proyecto recuerda que viejas discusiones deben ser retomadas en el contexto actual.
Recoger, acumular, desplazar objetos para lograr nuevos diálogos, parece ser el centro de la producción de Daniel Joglar, la obra presentada para Bellos Jueves no se aleja mucho de esa fascinación. Aun cuando podría parecer un gesto formalista, es más bien una apropiación de los recursos de los objetos que utiliza, los cuales generan otras narrativas en su interacción. Es así como las tres partes que conforman esta obra, dialogan disponiendo objetos escasamente alterados con las piezas de la colección permanente del MNBA.
Primero, una instalación de papeles en el piso, donde el espectador puede elegir entre pisar o no, la relación en las salas se estable desde el recorrido que propone el mismo museo, donde las obras cruzan arcos temporales y geográficos diversos. Lo que rescata es la paleta de los colores, desde contrastes y complementarios. Una reflexión sobre los patrones de comportamiento que operan en las instituciones artísticas, continúa con un segundo grupo de piezas de biombos calados. Acá el problema del montaje, también como manera de conducción de la mirada, es aún más evidente. La edificación de imaginarios a partir de procedimientos de disposición es algo muy propio al siglo XIX, la colección Guerrico conformada hacia finales de este período es un caso ejemplar. Joglar recoge la contradicción que se ubica entre la abundancia de obras y la cuidada agrupación de ellas. Por esto, radicalizando las posibilidades de la mirada impone estos biombos a los espectadores, recortando el recorrido, obligándonos de mirar de frente. Si se produce una mirada oblicua, obtendríamos un detalle.
Finalmente, una instalación de hojas pintadas algunas de negro, otras de blanco casi como determinando la excepción que hace la regla, la sala cerrada por este cúmulo provoca una distancia y determina el punto de fuga para nuestra mirada. La ninfa sorprendida (1861) de Édouard Manet, es una pintura con la cual nos gustaría pensar, que en esa distancia que se impone con las hojas de Joglar, se podría reconstruir la figura del fauno perdido, ya esbozado por la investigación de esta obra para el catálogo razonado. Una intuición afirmada con un fragmento de Ecce Homo, del poeta Rubén Darío, “Los sátiros y ninfas/ se ven bien dibujados,/ las unas en las líneas/los otros en los prados;/ y hoy las viejas creaciones/ de las antiguas eras,/ sirven en los salones (…)”. Pareciera así que Joglar nos ubicó en ese lugar, aquel de los sátiros que espían en las fantasías.
Guillermo Mosella, es casi un desconocido para la historiografía del arte chileno, en los breves pasajes dedicados a él se le clasifica como un realista, quien mantiene una tradición de estatuaria cuando la modernidad había ingresado con fuerza. Además es recordado, como maestro y primer director de la Escuela de Bellas Artes de Viña del Mar. En el Museo de Arte Contemporáneo de Chile, existe un rostro femenino en yeso que comparte similitudes con esta pieza.
Sinopsis: “Cuatro formas de ser republicano a la distancia” (Claudio Correa, 2013) presenta una irónica e incendiaria puesta en escena de 4 versiones de La Marsellesa: La Marsellesa Anarquista, La Marsellesa Aprista del Perú, La Marsellesa de la II República de España y La Marsellesa Socialista de Chile. Se trata de himnos de conglomerados políticos que se han apropiado de la melodía de esta célebre marcha, y en cuyas letras la violencia generada por el afán de dominación está latente.
Ficha Técnica:
Film súper 8 mm, Transfer HD, Stereo, duración: 00;03;07, lugar: Santiago de Chile, 2013
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