Artista: Jorge Miño
Título: El umbral invisible: Donde el final es un comienzo
Curadora: Gabriela Urtiaga
Dónde: Sala C, Centro Cultural Recoleta
Fechas: 6 al 30 de agosto 2015
Texto, galería de imágenes y links
En el ensayo El tercer sentido, Roland Barthes interpela una serie de fotogramas en busca de algo incierto que el autor francés denomina, a falta de otro término, el sentido obtuso: una aproximación inasible, un plano furtivo, una instancia difícil de explicar pero que está ahí, más allá del mensaje, de lo informativo y de lo simbólico.
Las imágenes de Jorge Miño que componen esta muestra nos proporcionan la posibilidad de experimentar una realidad multiplicada. El ingreso a un universo heterogéneo y en constante cambio, en donde el artista selecciona los nudos principales del campo de la arquitectura y los tensiona, creando un nuevo in between. Un limbo no declarado que surge de los cruces entre lo real y lo utópico. Un sentido oculto en término barthianos, que trasciende lo denotado, las formas reconocibles.
Escaleras divergentes, techos que son paredes, densos andamiajes, elementos en permanente metamorfosis a los que Miño modifica su sentido, lo expande y crea ciclos interminables donde los finales son nuevos comienzos. Plano en loop de ida y vuelta, lecturas de anverso y reverso.
La muestra propone un recorrido que parte de una serie de imágenes abreviadas, figuras geométricas compuestas de curvas, avances y retrocesos, que flotan desde lo alto y se despliegan hasta el piso como un laberinto óptico que dibuja luz sobre telas de seda.
En otra instancia, la presencia de escaleras enfrentadas y encapsuladas en una estructura de espejos, casi surrealistas, originan otro ciclo de imágenes infinitas. Una intervención que le permite al artista desatar la búsqueda de nuevas lecturas a partir de una imagen recurrente. El gesto autoral de Miño de la reivindicación a partir de la posproducción y la manipulación.
En el tramo final (¿o en el principio?), Miño nos enfrenta a la desmaterialización más osada a través de imágenes de grandes estructuras grisáceas que oscilan entre la pesadez y la levedad. Texturas en movimiento cuya densidad el artista transforma en otros elementos hasta casi hacerlos (in)visibles.
En la obra de Miño hay representación, rasgos de cultura, circunstancias, lugares. Una disposición de elementos que podemos leer, pero que nos sugiere y nos perturba a la vez otros desenlaces posibles. Otros finales, nuevos comienzos. Ahí, en ese estadio, en ese pliegue secreto, Miño dibuja un umbral invisible que nos lleva a ese sentido obtuso, extraño, único, indescriptible.
Gabriela Urtiaga
Curadora
Galería de imágenes
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