Artista: Andrés Aizicovich, Nepheli Barbas, Juan Gugger
Título: Residencias en TaMaCo
Dónde: Chela
Fechas: 1 al 30 de abril 2017
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Humidité
El trabajo surgió de un interés compartido en explorar procesos de producción escultórica. Nos interesaba experimentar con diferentes materiales, y con los modos de trabajo física e históricamente ligados a esos materiales. Esta exploración se inició recorriendo tiendas, buscando y pensando en los usos asociados a los materiales y en procesos de producción de objetos corrientes.
Comenzamos a desarrollar un modelo de producción basado en la técnica de las lámparas chinas industriales. En un comienzo la operación consistía en reinterpretar un objeto banal, recreando su doble en el taller, generando un eco entre dos realidades. Luego nos interesamos en explorar heurísticamente las posibilidades de estas estructuras, imaginando —y practicando— sus potencialidades en un estadio previo a su inserción en la cadena de producción mecanizada.
Incorporando algas nori a las esculturas, provocamos una interacción entre dos materiales que presentan diferentes reacciones a la pérdida de humedad. Las livianas estructuras ceden dócilmente a las diferencias de tensión, consistencia y contracción entre el papel de arroz y el alga. De esta pugna resulta que las formas originariamente geométricas devienen orgánicas e inesperadas.
De esta manera insertábamos un factor de contingencia al interior de un proceso técnico. Generábamos una técnica que parece ofrecerle a los materiales unm argen de maniobra en el que se liberan levemente de la técnica misma. Una dialéctica entre manipulación tecnológica y libre comportamiento de los materiales.
Relación de Dependencia
Conversación es una obra objetual y performática que aborda la idea del acto creativo como una práctica colaborativa. La pieza consiste en un dispositivo escultórico que se activa gracias a la fuerza motriz de dos participantes; una bicicleta fija, conectada por un sistema de poleas a un torno de alfarería. Gracias al movimiento impulsado por el ciclista, el torno gira y le permite al alfarero modelar la arcilla. En el proceso ambos negocian, discuten, se interrumpen, trazando interrogantes sobre la comunicación como puente entre individuos, la naturaleza de la praxis artística y la creación no como un hecho espontáneo, sino como un ejercicio transaccional entre interlocutores. Al repetirse la acción en distintas jornadas, la obra deja como resultado un cúmulo de vasijas; así, la acción equipara a la transpiración del ciclista y la acumulación de recipientes como remanentes residuales de la interacción y las fricciones de un diálogo.
La pieza, asimismo, opera a la manera de un experimento social en el que diversas relaciones interpersonales (entre socios laborales, padres e hijos, parejas sentimentales, amigos) asumen los roles de ciclista y alfarero para poner en práctica los intercambios, jerarquías, transferencias y flujos que se manifiestan en los vínculos relacionales.
Residencia
Nuestro proceso de exploración se vio ampliado de manera significativa por las posibilidades de trabajo en TaMaCo.
Sus peculiares condiciones materiales de producción nos permitieron fragmentar y complejizar no solo nuestro procedimiento escultórico, sino también las representaciones mentales de lo que entendíamos de dicho procedimiento.
El abanico de posibilidades técnicas y espaciales disponibles resultaron en la confluencia de prácticas diversas. Desde el modelado asistido por computadora (CAD) y la fabricación digital, hasta un extenuante trabajo artesanal y la exploración de materiales crudos, en su comportamiento más rudimentario.
La obra se vio enriquecida por idas y vueltas entre estos diferentes estadios de su propio proceso. La prueba de comportamiento de las algas —mediante extensas capturas de video time-lapse— nos enviaba nuevamente al diseño de formas para las esculturas —en función de cuán capaces eran de poner en evidencia estos comportamientos.
Las piezas se realizaron utilizando un tipo de molde que es exactamente el inverso del que encontramos en la escultura tradicional. Se trata de estructuras que permanecen en el interior de la pieza y son retirados al final. En la residencia pudimos diseñar esas formas en un software de modelado 3D, para luego desarticular esos volúmenes en elementos bidimensionales que podíamos cortar en una máquina láser y volver a articular en el espacio real. En este proceso se estimuló una forma de imaginación escultórica altamente determinada por las características de la herramienta digital.
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