Rusia. Bruno Dubner, Marina Mariasch, Ana Vogelfang

Artistas: Bruno Dubner, Marina Mariasch, Ana Vogelfang
Título: Rusia
Dónde: María Casado Home Gallery
Fechas: 23 de junio al 26 de agosto 2018

Texto, galería de imágenes y links

La exigencia
Marina Mariasch junio 2018

El ojo crítico
universitario pregunta:
Qué estás leyendo? Es un manual
de Historia judía en el laberinto
de la inteligencia es la historia
de un mármol que sostiene
los portarretratos que cambian
de lugar, se agitan
en el mar de fondo, un horno
lento que cocina todo, lo que
está crudo y lo que no se dice.
La torta de arena
se deshace entre las manos
una parte se pierde para siempre
en la heladera de doble hoja
desconectada. Acá es así:
la conexión es un agujero
que nunca nadie llenó
La conversación es reproche
No es verdad que no haya nada
para decirse, también se puede
pedir la crema y pedir la sal.
Petrona y Josefa dicen que no
Las frutillas son para las nenas.
El cuadro es el paisaje de un barrio
con río que no conocés la mujer
pálida Quién es? Por qué llora?
Teníamos que ser alguien, nadie
la ley actúa en silencio acá
No hay hombre, No hay dios,
Te explican: Los libros, por eso
la obligación: Los clásicos a los 6,
los rusos a los 9, y vos: qué estás leyendo
hoy? A los 3 recitado y piano
A los 4 el alfabeto inglés
A los 5 escuela primaria y facultad
a los 16. Medalla de honor, retrato
Francés, Liv, Gina, Ingrid en un vaso
de cristal finlandés con caballitos
tallados.

Pueden existir habitaciones más
perfectas? Cada cual inventa
su manera de habitar. Cuál es
el animal que no construye
su casa a la perfección? Mirá
la de las abejas, la de las
hormigas, la de los gusanos
de seda. En el cajón de las alhajas
hay metales pintados y piedras
oro antiguo y azul
verde esmeralda y turquesa.
Una cuchara de plata, una ventana,
una hermana. Una frase que contenga
las palabras por favor, dólares, agua.
En la madera dulce y encerada hay
un timbre: se puede pedir de todo
Pero no funciona como lámpara
de aladino. Los caireles de la araña
se fueron con el primero
sin aviso previo por puro mereci
miento. A mí me tocó la botella
al mar nadie quiso ir. En un cajón
hay una trenza envuelta
entre papeles de seda. En un cajón
hay una muñeca seca
curitas y el olor anís
de las aspirinas. Las sábanas
se conservan en su plástico
Original con cajas que dicen
Chinela. El balcón es un peligro
hay fugas, el médico es un mito
del pueblo que se repite obsesivo
a mano de la pluma viejita
bebé del cuaderno del alzheimer.

Qué leés? Cuando digo
el origen o lo que no
tiene nombre? quién sabe
Bien, brasil, un frío enorme
y amargo del ir y venir
con el saco puesto
y el taxi en la puerta, el reloj
que corre, yéndose
al llegar. La letra chiquita
de los remedios fue lo primero
que aprendiste, el camino
de la cura, privado
de ritmo sostenido. Hay que alterar
el cliché, las cosas más importantes
son las que se aprenden
durmiendo o mientras duermen
Los otros. En un solo día
varían las circunstancias sociales
Todo el mundo tiene el poder
de cuestionar, de acceder
al estado de ánimo de los demás.

Las cuentas, los cables,
las luces, aparatos que no
sabés cómo usar. Se pudo
tapar el sol de un país
con la mano fría de una cama
dura bajo el mandato de las fotos
triplicadas: el título y el casamiento
Las personas que ahí sonríen
no son tan buenas como parecían
con los bucles cortos recién
nacidos, no son tan malas
Algunas cambiaron de lugar y están
en los cajones de otras casas
Otras fueron confundidas
por su mamá, por su hija
o no llamaron más.
Las cosas que importan
siguen preciadas, presas
en las escenografías de familia,
en los muebles y alacenas.

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