Horizonte de sucesos. Manuel A. Fernández

Artista: Manuel A. Fernández
Título: Horizonte de sucesos
Dónde: Alimentación General
Fechas: 1 de junio al 14 de junio 2019

Texto, galería de imágenes y links

Cuando se cortan líneas de palabras,
el futuro se filtra.

W. Burroughs

1.
La cronofotografía se obsesionó con diseccionar flujos cortos de movimientos para conocer a través de la cámara, qué sucedía en las dimensiones temporales vedadas a la visión humana.

En Horizonte de sucesos(1) Manuel Fernández también disecciona el tiempo. El despiece de un antiguo libro de relojes de péndulo cuelga del centro de la sala de exposición de Alimentación General.
Luego de separar las 19 láminas a color que ilustran el libro Pendules(2), Manuel sustrajo los cuadrantes circulares de cada reloj y alineó los huecos resultantes secuenciados en el espacio, de manera que un observador situado en un extremo podría pasar con su vista a través de ellos como si se trasladara por un agujero de gusano.

Las funciones adicionales de los relojes distintas a señalar la hora normal se llaman complicaciones.

2.
En La Jetée, película fotonovelada de 1962, un hombre es enviado al pasado y al futuro para salvar a la humanidad porque el mundo ha sido devastado.

Sus investigaciones previas dan pistas de que Manuel Fernández podría ser un viajero del tiempo, un “homo viator” como el protagonista de La Jetée.
En Pasado mañana I, objetos anacrónicos se posan en fotografías actuales. Pero en Pasado mañana II, entidades geométricas emergen como totems, semillas que alguna civilización del más allá envió a una tierra pretérita, prehumana, luego de una odisea espacial.
En Memoria casi llena, fragmentos de postales viejas se desprenden al ser digitalizadas, quedando el canvas al desnudo; una memoria que se llena, se autovacía con olvidos, pérdidas de tiempo por exceso del mismo.
Ya casi es mañana ofrece promesas de futuro, propaganda habitacional para un planeta sobrepoblado.
Y en Una posibilidad entre dos mundos, ante el ocaso de la realidad, la humanidad busca amparo en la ciencia ficción tratando de convertirla en un refugio habitable, ya no sabemos si lo que vemos son stills de películas o del nuevo mundo al que Manuel llegó.

3.
El surgimiento de la imprenta hacia 1450 aceleró el copiado de los libros. Esto supuso una revolución cultural contra los poderes absolutos al expandir el conocimiento que estos restringieron para sí durante los diez siglos que duró la Edad Media.

Antes de la invención del reloj de péndulo(3) en 1656, la organización de la vida estaba sometida al curso del sol y las estaciones del año. Su precisión permitió acelerar el ritmo de los hogares, fábricas, oficinas y estaciones de ferrocarril que se sincronizaron al compás del péndulo, y de la Revolución Industrial(4) .

Según este relato, tanto los relojes de péndulo como los libros impresos han demostrado funcionar como aceleradores de partículas produciendo cambios radicales en su entorno. Si tenemos en cuenta que los péndulos se usan para hipnosis y adivinación y que las profecías de William Burroughs se cumplieron, quizás estos cut up-péndulos-relojes impresos de Manuel Fernández puedan infiltrar el futuro.

Atención visitante: estamos entonces en presencia de un objeto en suspenso, impredecible, con posibilidades latentes desconocidas que habrá que experimentar. Por medio de la presente, quedan formalmente convocados.

Rosana Schoijett, Buenos Aires, 2019

(1) Si cayéramos en un agujero negro, al atravesar el horizonte de sucesos que rodea a dicho agujero, no notaríamos cambios, ya que no se trata de una superficie material sino de una frontera imaginaria. La característica peculiar de esta frontera es que representa el punto de no retorno a partir del cual el único suceso posible es caer hacia el interior, dando así origen al nombre de esta superficie.

(2) Pendules fue escrito por J. Otto Scherer para la colección Orbis Pictus que publicó la editorial Payot de Laussane, Suiza. La mayoría de los títulos de la colección están datados alrededor de 1960, pero paradójicamente, este libro dedicado a los relojes de precisión no registra fecha de publicación entre sus hojas.

Orbis Pictus, u Orbis Sensualium Pictus (El mundo en imágenes) se llama también una enciclopedia escrita por Amos Comenius en 1650 mientras residía en Transilvania; se lo considera el primer libro ilustrado para niños.

Laussane, en la posguerra se convirtió en un centro especializado en la publicación de libros fotográficos de alta calidad. La posición suiza en el conflicto armado atrajo a numerosos tipógrafos y artistas gráficos que emigraron buscando un ambiente propicio.

(3) Resuelto el misterio de los relojes de péndulo que se sincronizan. El inventor del reloj de péndulo, el físico holandés Christiaan Huygens, fue quien por primera vez observó que dos péndulos colgados en el mismo soporte, sea una pared o un travesaño, tienden con fuerza a sincronizarse. Huygens se quedó perplejo y solo pudo conjeturar que los péndulos se comunicaban a través de “algún movimiento imperceptible” del soporte que compartían. Según acabamos de saber, tenía razón. Las ecuaciones de los matemáticos Enrique Oliveira y Luís Melo de la Universidad de Lisboa, implican que cada reloj -o cada péndulo- transmite al soporte pulsos de sonido coherentes con su oscilación. El sonido, recordemos, consiste en ondas de compresión y relajación de la materia. Esas ondas sonoras que se transmiten por la pared o el travesaño comunican un péndulo con el otro, perturban sutilmente su ritmo de oscilación y acaban, en menos de media hora, por inducir su sincronización.

(4) Hasta 1847 la humanidad no había sincronizado su hora. En Liverpool los relojes podían indicar las 12:00 mientras que en Manchester marcaban las 12:20. Las compañías británicas de ferrocarriles acordaron un horario común para que los obreros llegaran a tiempo a la fábrica: todas seguirían la hora del Observatorio de Greenwich. En 1880 el gobierno inglés adoptó el mismo sistema de consenso para todo su territorio. Unos años después, en la Conferencia Internacional del Meridiano, los 25 países allí reunidos aceptaron el meridiano de Greenwich como regulador de la hora universal, dividiendo la Tierra en 24 husos horarios. Los franceses quisieron resistirse usando el meridiano propio hasta 1911 pero sucumbieron, igual que el resto de los países ausentes, ante el imbatible beat británico. Synchronicity.

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