Artista:Luis Terán
Dónde: MAMBA
Título: Últimos recursos
Fechas: 14 de diciembre de 2013 al 2 de marzo de 2014
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Texto
Últimos recursos es una muestra producida por el Museo y las obras fueron realizadas allí mismo, ya que el artista trasladó su taller al «Moderno» durante más de un mes. En ese tiempo, Terán, como un demiurgo, logró uno de sus principales objetivos: «Darle al material una última sobrevida que no ha sido pensada», en sus propias palabras. Materiales como botellas de plástico devienen columnas y tótem con cierto vínculo con la escultura moderna, como lo explicitan sus Brancusi, pero con la libertad de recursos formales y conceptuales que ofrece la contemporaneidad.
«Cuando empecé a hacer los Brancusi estaba con la idea de los productos de packaging, esos envases que anatómicamente están hechos para manejarlos de una forma y que apilados u ordenados evocan una obra de un Brancusi, que habla de la esencia del hombre, o del alma», cuenta Terán. Sus piezas, a su vez, son familias de personajes, como él mismo lo expresa: «Me doy cuenta de que construyo familias: está el más alto, el más bajo, el gordo, el tuerto, el chueco…».
También hay otros materiales -sin forma- a los que recurre, como el cemento, el yeso, la arena, que considera muy primarios, muy nobles y muy accesibles. “Usando estos materiales todo lo que pasa es instantáneo. El momento de, por ejemplo, colar una pieza, hacer un molde y esperar que el cemento fragüe y ver cómo quedó y qué texturas surgieron es casi instantáneo. Entonces las respuestas que te va dando el material son casi como un eco”, explica el artista.
Buscarle un nuevo recurso a los materiales de la construcción y, así, prolongar también la vida de oficios o técnicas en vías de extinción. En este sentido, Terán reivindica la tarea de escultor: «Lo que más me gusta es ese espíritu de escultor de taller, que me parece es un poco lo que yo valoro, ese momento de oficio escultórico en el cual agarrar un material y hacer cincuenta mil pruebas».
Así pasa Terán sus días en el Museo, batallando para prolongar la vida de los materiales o para ordenar el caos y articular el espacio. Esto último se hace evidente en la gran espiral de madera, donde la técnica está a la vista y la metodología es rigurosa. Los recursos son simples: marcos rectangulares en rotación que provocan una magia formal, óptica, donde la madera parece curvarse, el material barato se vuelve máquina de perforación, rotación de planetas o un caracol.
De esta forma, Terán hace de los Últimos recursos piezas artísticas a través de una formulación teórica y manual que, a la manera de una poética paradoja, los convierte en nuevos inicios colmados de posibilidades.
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